Allí entré sin muchas expectativas más allá de la de distraerme. En aquellas aulas, rodeado de creatividad, mesas que ya no estaban ancladas al suelo como las de la facultad, clases de dibujo del natural y rodeado de libertad, se produjo en mí una eclosión creativa.

Me formé, visité todo tipo de museos, di todas las clases que podía para seguir aprendiendo. En menos de año y medio pinté mi primer retrato y dominaba casi la totalidad de las técnicas que se me ponían por delante.
Con el tiempo, mejoré de salud tanto psicológica como física y a finales de 2019 y principios de 2020 monté mi pequeño estudio en casa recibiendo mis primeros encargos. Así estuve durante la cuarentena y parte de la pandemia posteriormente.

Hasta que volví a los pinceles esta vez de manera profesional. Una reinvención laboral que me ha permitido liberarme y dedicarme al arte como siempre quise.
Ahora mismo preparo los encargos que me vuelven a llegar, exposiciones que están por venir y doy clases de pintura creativa online. Mi objetivo es dar a los demás, enseñar a recuperar la creatividad perdida y por supuesto lecciones básicas de dibujo y pintura.